domingo, 5 de septiembre de 2004

En palabras de otros o no tengo nada que decir

"Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española responsabilidad es: 'deuda u obligación de reparar o satisfacer' y creo que si hoy estamos sentados aquí, más que la satisfacción de un deber cumplido, la alegría de haber alcanzado la meta, o el alivio de simplemente no tener que pensar más en la tesis, nos une la hermandad de una responsabilidad adquirida.
A partir de hoy, ese título que durante tantos años había excusado nuestra improductividad y nos había merecido descuentos en museos y pasajes, aquel de 'estudiante', nos abandona al menos temporalmente.
A partir de ahora nos veremos obligados a ser más específicos en la casilla destinada a 'profesión' que cada vez con más frecuencia estaremos obligados a llenar en un mundo obsesionado con la burocracia y sus inteligibles formularios.
No obstante, tal vez resulte pertinente recordar que esa palabra que en adelante irá pegada a nosotros como un segundo nombre:'abogado', 'ingeniero', 'economista', 'biólogo' y otras más inciertas como 'artista', 'filósofo', 'músico' y hasta 'literato', antes que designar un conjunto de materias cursadas y aprobadas, denota un compromiso adquirido pues al decir 'Juliana Martínez, abogado', no estoy diciendo, no puedo en modo alguno solo estar diciendo que conozco a la perfección el funcionamiento de las tres ramas del poder e incluso algo de derecho romano en que sea necesario. Al decir: 'Andrea Cote, arquitecto', debo estar diciendo que es desde allí, desde el conocimiento y dominio de los espacios, que decidí contribuir a esa complejísima tarea que implica hacer del mundo un lugar menos arduo.
Es ya un lugar común decir que nos encontramos ante un panorama mundial ímprobo y complejo. Estamos, nadie lo duda, en una sociedad altamente exigente que nos comina a saber más, ir más rápido, capitalizar más pronto, actualizarse siempre. Una sociedad tecnificada, global, virtualizada en la que las relaciones se mediatizan cada vez más haciendo que el sujeto se distancie y corra el riesgo de perderse en uno de tantos meandros electrónicos, burocráticoso académicos.
Es por eso que, ahora resulta quizás más apremiante sacudirles el polvo a palabras tanto olvidadas como 'responsabilidad'. Esto es lo que hoy nos reúne, una responsabilidad conjunta ante lo humano.
'Humanizar', según el mismo diccionario, quiere decir 'hacerse benigno' y en un mundo donde 'abundan las razones prácticas para justificar lo absurdo'[1], no podemos olvidarnos que adquirimos hoy una inmensa responsabilidad humana, pues más que nada nuestra sociedad requeriere personas:
Personas que conozcan los códigos y dominen las leyes del mercado, que sean creativas, inventen y sorprendan en el pensamiento y en la plástica, investigadores rigurosos capaces de idear y llevar a buen término sus hipótesis, sí, pero sobre y ante todo, personas que en medio de su cotidianidad tengan siempre presente que todas las actividades, por recónditas o técnicas que sean, deben encaminarse a mejorar las condiciones materiales y culturales, no de algunos sino de todos.
'Todo es más fácil que la sensatez' dijo Marguerite Yourcenar, y por eso ahora que con ahínco se nos convoca a la premura, tal vez convenga hacer un llamado al sociego, a esa calma que permite la reflexión, que da lugar a la charla, al intercambio, es decir, que abre las puertas a un quehacer más complejo, menos cuantificable y pragmático: aquel de lo humano.
Pues solo en la medida en que no olvidemos que pese a sus diferencias, a menudo irreconciliables, nuestras disciplinas se fundamentan en las personas; podremos comenzar a reparar o satisfacer esa deuda que necesariamente hoy adquirimos.
Muchas gracias."

Juliana Martínez Orozco - Discurso ceremonia de Grados Uniandes
[1] Yourcenar, Margauerite. Memorias de Adriano.

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