Petrópolis - Teresópolis

Estado de Brasil: Rio de Janeiro
Tiempo pedaleado: 07:11:33
Kilómetros recorridos: 63.28
Kilómetros total recorridos: 5583.15

Me levanté temprano y aprovechando que tenía Internet respondí un par de correos y escribí otros. A las 5.30 me empecé a alistar y las 6.30 ya estábamos con Paulo desayunando. Hablamos un rato y ahí entre una cosa y la otra terminamos saliendo de su casa a las 8.00 de la mañana.

Salimos juntos pues Paulo se ofreció a acompañarme y a darme un tour por la ciudad, fuimos hasta el centro y visitamos los puntos de interés: La Casa de Carlos Dumont, uno de los inventores del avión, la Catedral de Petrópolis, el edificio de los Vereadores, la Casa Imperial, la Casa Ipiranga, la Casa de Cristal, la Casa del Padre Correa... todo con sus debidas explicaciones e historias, fue muy interesante.

Paramos por una tienda de bicicletas para intentar arreglar un problema con el sillín que se esta bajando cada rato, y luego iniciamos camino. Ya era tarde (casi las 11.00) y bueno se aproximaba la hora del almuerzo, paramos en un restaurante al lado de la carretera conocido por Paulo en Itaipava y ahí empezamos la subida de la 'Serra' hacia Teresópolis. Paulo me acompaño un trecho, pero bueno el tenía cosas que hacer y un largo camino por recorrer también, así que nos despedimos en medio de la carretera y yo continué mi camino.

Entre Petrópolis y Teresópolis esta el Parque Natural de la Serra dos Orgaos, y bueno eso fue precisamente lo que tocó subir, entre Ipaipava y el punto más alto hay una diferencia de 700m en 20km.

Ya en el restaurante nos habían alertado que la vía hacia Teresópolis estaba en mantenimiento y que por eso iban a haber algunos trechos con un sólo carril. Había que prestar atención si, pero nada de que preocuparse. Y como no hay 'mal' que por bien no venga, pues de hecho el que la vía estuviera en obras fue mas una bendición. Como había trechos bien largos en que solo se podía transitar en un sentido o en el otro había una especia de puestos de control dónde la gente tenía que parar hasta que del otro lado autorizaran el paso. Como hay reglas del tránsito que bueno, con Ludmilla nos podemos pasar por la galleta, esos puntos no aplicaban para nosotros. En una mezcla de admiración y envidia nos miraban los conductores desde sus carros. Y bueno, mientras ellos seguían esperando Ludmilla y yo teníamos la carretera solo para nosotros durante un buen rato.

Muy cerca de la cima de la montaña ene se momento en el que uno esta que bota la toalla, pasó algo chistoso, en un poste al lado de la carretera impreso en una hoja de papel y pegado con cinta un aviso: Faltan 100 metros. Como si hubiera sido dejado ahí para mi, no pude mas que reírme y seguir pedaleando lo que me faltaba, que efectivamente eran 100 metros.

Ya ahí en la cima fue solo relajarse y dejarse relajar con la bajada (y al mismo tiempo preocuparse con la subida, pues mañana tendré que devolverme hasta Itaipava por este mismo camino).

La bajada fue rápida y el viento frío de la sierra mezclado con la velocidad pegaba contra el cuerpo, poco a poco se fueron durmiendo los dedos y el aire frío y húmedo mezclado con la ropa llena de sudor hacia que se sintiera hasta los tuétanos.

Nota mental: Al llegar al punto máximo de una montaña vista siempre use su chaqueta corta vientos.

Ya llegando en Teresópolis pude ver un mensaje de texto que me había enviado la persona dónde me iba a quedar. Tristemente no pudo venir y bueno estaba por mi cuenta. Pregunté a un par de personas sobre sitios dónde el precio de las posadas (140, 150, glup) pero en un puesto de gasolina finalmente me indicaron otro puesto de gasolina dónde me dijeron podría conseguir un precio más asequible.

Llegué hasta el lugar, y bueno no era precisamente tan barato (R$35), pero bueno considerando las otras opciones...

Desmontar las cosas de la bicicleta, subir hasta el cuarto, bañarse, descansar un poco y luego salir a buscar internet y comer alguna cosa. De vuelta a los ritos del viaje.

Ya mañana daré una vuelta rápida por la ciudad y pondré toda mi disposición para volver a subir la 'Serra'.