sábado, 22 de noviembre de 2003

Desiciones

Música y letra: Rubén Blades

La ex-señorita no ha decidido qué hacer.
En su clase de geografía, la maestra habla de Turquía
mientras que la susodicha, sólo piensa en su desdicha
y en su dilema: ¡Ay, qué problema!

En casa, el novio ensaya qué va a decir,
seguro que va a morir cuando los padres se enteren.
Y aunque él, otra solución prefiere,
no llega a esa decisión
porque esperar es mejor,
a ver si la regla viene.

Decisiones, cada día.
Alguien pierde, alguien gana.
¡Ave María!
Decisiones, todo cuesta.
Salgan y hagan sus apuestas,
¡ciudadanía!

El señor de la casa de alquiler,
a pesar de que ya tiene mujer,
ha decidido tener una aventura;
y le ha propuesto a una vecina que es casada,
de la manera más vulgar y descarada,
que cuando su marido al trabajo se haya ido,
le llame para él ser su enamorado.

La señora, que no es boba,
se lo cuenta a su marido
y el bravo decide, ¡cómo no!, invitar al atrevido
y ella lo cita, cual lo acordado.
Y el vecino sale todo perfumado,
con ropa limpia que su esposa le ha planchado,
y trae una flor que se encontró en el tendedero.

Dentro en casa de la vecina está el marido,
indeciso sobre dónde dar primero,
con un bate de béisbol del extranjero.

Y suena el timbre: rin-rin,
comienza la segunda del noveno.

Decisiones, cada día.
Alguien pierde, alguien gana.
¡Ave María!
Decisiones, todo cuesta.
Salgan y hagan sus apuestas,
¡ciudadanía!

El borracho está convencido
que a él el alcohol no le afecta los sentidos:
por el contrario, que sus reflejos son much más claros
y tiene más control,
por eso hunde el pie en el acelerador,
y sube el volumen de la radio para sentirse mejor.
Y cuando la luz cambia a amarilla,
las ruedas del carro chillan
y el tipo se cree un James Bond.
Decide la luz del semáforo comerse
y no ve el trok aparecerse en la oscuridad.
¡Ah! Grito, choque y la pregunta: "¿qué pasó?"
pa' la eternidad

Decisiones, cada día.
Alguien pierde, alguien gana.
¡Ave María!
Decisiones, todo cuesta.
Salgan y hagan sus apuestas,
¡ciudadanía!

Decidir:
(Del lat. decidĕre, cortar, resolver).

  1. Cortar la dificultad, formar juicio definitivo sobre algo dudoso o contestable. Decidir una cuestión.
  2. resolver (tomar determinación de algo).
  3. Mover a alguien la voluntad, a fin de que tome cierta determinación.
Diccionario de la Real Academia Española 2001

Nuestra vida diaria esta llena de desiciones grandes, pequeñas, cruciales, sin importancia, insulsas, de vida o muerte , carentes de sentido, determinantes, etc. que pueblan el continuo del vivir y lo enriquecen con sus incertidumbres e irracionalidades. Cada desición que tomamos esconde irremediablemente una ganancia y una perdida. A veces la ganancia no es inmediata, a veces la pérdida no es evidente. Esta dualidad, ese inifito de posibilidades que encierra los simples si y no, el prendido y el apagado, el 1 y el 0, en ocasiones nos abruma, nos perturba, nos paraliza, nos impide avanzar.
Ese miedo, el maldito miedo, que de una en una nos va quitando las plumas de nuestras alas de libertad, esta bellamente descrito en el cuento de Michael Ende, La Prisión de la Libertad que describe el sinsentido que este miedo encierra.
Cada desición nos muestra un camino y nos oculta muchos otros, en esto ya hay ganancia y perdida, asi que cualquier intento de evitar perder algo, de "minimizar el riesgo" finalmente es vano.

No digo que no haya que pensar antes de decidir, pero si que hay que asumir los riesgos, las responsabilidades, lo que se gana y lo que se pierde(aunque muchas veces no sepamos ni siquiera que fue lo que perdimos :P ) implicito en cada desición.
Hacer como dice Facundo Cabral: "Caminar y caminar, pero no por los caminos, porque lo conocido no tiene misterio"

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