martes, 8 de diciembre de 2009

Pipa

Hoy me levanté temprano y trabajé un poco desayuné un yogurt que había comprado anoche y salí a ver si Edinara había escrito algo, para mi sorpresa había escrito justo unos minutos antes que yo llegara y me decía que tenía que salir hacia otro pueblo y que sólo regresaría hasta la tarde y que me buscaría en la posada.

Así que a conocer Pipa y esperar que por la tarde logremos encontrarnos finalmente con Edinara.

Volví a la posada, avisé que iba a dejar las cosas hasta el final de la tarde y que por favor no me cobraran otra noche más, almorzar y luego a caminar por las playas.

Pipa es realmente hermoso, no por nada es uno de los destinos turísticos por excelencia en el nordeste brasilero, las falésias, el color del agua, la forma de la bahia lo hacen un lugar verdaderamente paradisiaco, aunque no muy amigable para el mochilero, pues por acá todo es muy caro.

En fin, como venía diciendo, hice el paseo por las playas me eché una siestesita al abrigo de las falésias y fuí a ver si Edianara había escrito algo... nada. Volver a la posada a sacar mis cosas y esperar a que Edinara apareciera. Las cuatro, las cinco, las seis... nada. Al final terminé preguntándole al muchacho de la posada si no había visto a un señora así, asá, y que cosas el sabía dónde vivia, o al menos pensaba saber, así que con Ludmilla a la calle a buscar el lugar.

Llegamos y reconocí la casa gracias a una foto de Sekiji, no podía haber pierde, lo único era que no había nadie y habia que esperar de nuevo.

Luego de media hora llegó Edinara, charlamos un poco y me enseño mi cuarto y me explicó dónde quedaba todo, contiguo a su casa hay un camping (El Camping da Pipa) que ella administra. Ella se fué a dormir y yo a buscar algo que comer, eso si sin dejar de marcar para el dia siguiente un paseo en bicicleta por los alrededores.

Va ser chévere volver a montar en bici con álguien, no salgo así acompañado desde Mossoró con Djanilson.

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