Se acerca el fin de año y llevo días pensando en cuál sería mi compilación de puntos de experiencia para este año. Sin lugar a dudas el haber emprendido este viaje se lleva buena parte de los puntos aunque más importante, creo, han sido las ideas relacionadas con lo "definitivo y lo temporal", inspiradas (pero no restringidas) a la lectura del libro de Javier.
Definitivos y/o temporales acá van algunos hechos:
- Fui y volví al cañón de Chicamocha (mi primera "odisea")
- Viví con A. los momentos previos a mi muerte (Hace un año, pensando en el viaje, llegué a la conclusión de que este viaje iba a ser la muerte de un yo).
- Morí (dejé a mi familia, mis amigos y mucho de lo que me "definía", atrás para pedalear de más en busca de lo que no se me había perdido)
- Intenté aprender (y continuo aprendiendo) sobre lo que es "necesario"
- Intenté aprender (y continuo aprendiendo) sobre la humildad
- Intenté aprender (y continuo aprendiendo) sobre la sencillez
- Intenté aprender (y continuo aprendiendo) sobre cuáles son "mis límites"
- Intenté aprender (y continuo aprendiendo) a vivir el presente
- Pienso de cuando en cuando en la frase de "Into the Wild": Happiness is only complete when it is shared.
Mucha gente durante el viaje me preguntaba sobre si no tenía miedo, de dónde sacaba fuerzas para continuar... de pues de mucho pensarlo (o no), concluí que la respuesta era curiosamente: no pensar.
Intentar vivir el día a día sin pensar (mucho) en el que vendrá es una experiencia liberadora; cada hecho, cada imagen se presenta de una manera tan vívida y al mismo tiempo tan transitoria que me es difícil fijar las imágenes en la memoria.
En este año nuevo hagan el intento, como Laura, cojan su bicicleta (o pónganse sus tenis de caminar) y salgan por ahí sin rumbo fijo, sin tratar de prever que viene tras la próxima esquina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario